Victoria Bandi, ahora Fernández, en "Dulce Amor".
Pasan los años, las novelas, las modas, pero Carina Zampini es siempre igual: radiante, sonriente y simpática. Morocha, rubia o castaña, como Ana Guerrico o como Victoria Bandi, siempre es ella. La misma chica que vivió en San Clemente del Tuyú y en Pehuajó y que un día se instaló en Haedo hasta la actualidad, con un hijo de catorce años y un nuevo amor que nadie conoce.
Lejos quedó esa chica de 19 años que viajaba una hora en colectivo hasta Canal 9, allá por ’95, para grabar “Por siempre mujercitas” y que antes había vendido vajilla en un supermercado, ropa en un local de San Justo y hasta se pagó su viaje de egresados poniendo manijas a bolsas de polietileno. Hoy es toda una mujer, una gran mujer con la misma esencia de siempre..
Con 37 años y casi 30 dedicados a la actuación, Carina es la mujer del momento, la más seguida, la más aclamada. “Tengo “zampinitas” por todos lados”, asume en sus entrevistas. Y es que con su actual Victoria en Dulce Amor, en Telefé, se ha ganado el corazón de miles de fans de todas las edades, quienes aguerridas a su heroína, luchan por ese dulce amor entre ella y Marcos, el personaje de Sebastián Estevanez.
“Es transparente, sincera y directa”, la define una de sus fans, una de las tantas chicas que día a día la esperan en la puerta de los estudios Pampa – donde graban la novela – con regalos y carteles llenos de lindos mensajes, y asegura que es su seguidora desde el 2004, cuando la actriz protagonizaba “Padre Coraje” y su villana Ana Guerrico, le valió uno de sus dos premios Martín Fierro a Mejor Actriz.
Reconocida por sus papeles malvados, Zampini muestra hoy una nueva faceta: en su trabajo, una protagonista que se enamora, sufre y reclama su verdadera identidad ocultada por su madre, y una mujer común, “una trabajadora” con un hijo y en pareja, en lo personal. No da muchos detalles de su vida privada, y en una época en la que no existe la privacidad en la vida de los famosos, es de destacar.
Con buenas o malas, con novelas o miniseries, Carina sigue deslumbrando una vez más en la pantalla chica, como dijo alguien alguna vez “Lo que toca, lo hace éxito”. Una Zampini en su mejor momento que vino para quedarse y, quién dice, por un largo tiempo.
Con 37 años y casi 30 dedicados a la actuación, Carina es la mujer del momento, la más seguida, la más aclamada. “Tengo “zampinitas” por todos lados”, asume en sus entrevistas. Y es que con su actual Victoria en Dulce Amor, en Telefé, se ha ganado el corazón de miles de fans de todas las edades, quienes aguerridas a su heroína, luchan por ese dulce amor entre ella y Marcos, el personaje de Sebastián Estevanez.
“Es transparente, sincera y directa”, la define una de sus fans, una de las tantas chicas que día a día la esperan en la puerta de los estudios Pampa – donde graban la novela – con regalos y carteles llenos de lindos mensajes, y asegura que es su seguidora desde el 2004, cuando la actriz protagonizaba “Padre Coraje” y su villana Ana Guerrico, le valió uno de sus dos premios Martín Fierro a Mejor Actriz.
Reconocida por sus papeles malvados, Zampini muestra hoy una nueva faceta: en su trabajo, una protagonista que se enamora, sufre y reclama su verdadera identidad ocultada por su madre, y una mujer común, “una trabajadora” con un hijo y en pareja, en lo personal. No da muchos detalles de su vida privada, y en una época en la que no existe la privacidad en la vida de los famosos, es de destacar.
Con buenas o malas, con novelas o miniseries, Carina sigue deslumbrando una vez más en la pantalla chica, como dijo alguien alguna vez “Lo que toca, lo hace éxito”. Una Zampini en su mejor momento que vino para quedarse y, quién dice, por un largo tiempo.
